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Roy Lichtenstein fue uno de los más influyentes e innovadores artistas de la segunda mitad del siglo XX. Tal cual, Lichtenstein es, junto a Andy Warhol, sinónimo de arte pop, movimiento que contribuyó a impulsar.
En sus comienzos, el arte de Roy Lichtenstein se inspiró en los cómics y la publicidad. En sus obras reflejaba los procesos de impresión empleados por revistas y periódicos, y en especial los llamados “puntos Ben-Day”. Con ello, ponía la definición convencional de bellas artes en cuestión. Las pinturas y grabados de Roy Lichtenstein revitalizarían la escena artística estadounidense y cambiarían la historia del arte moderno.
Con un legado en el que se cuentan obras maestras como Whaam!, Drowning Girl (Chica ahogándose) o Crying Girl (Chica llorando), el éxito de Lichtenstein radica en su energía y su particular enfoque. Tras sus éxitos iniciales de comienzos de la década de 1960, prosiguió con su trabajo hasta llegar a crear más de 5.000 obras, entre pinturas, grabados, dibujos, esculturas, murales y objetos, piezas todas ellas que proclaman a voz en grito: ¡ARTE POP!