El arte de coleccionar arte según Tommy Hilfiger

Paulijn van der Pot
Empezaste a coleccionar arte a mediados de los años 80, una época apasionante de la historia cultural en la que se produjo una excepcional polinización cruzada de música, moda y arte. Al haber formado parte de esta escena creativa (Warhol, Basquiat, Haring, Madonna, Blondie, Grace Jones, The Rolling Stones), fuiste testigo del nacimiento del hip-hop y del auge de la cultura del grafiti en las calles. ¿Cómo ha marcado esto tu estética y cómo ha definido tu pasión por el arte pop?

Tommy Hilfiger
Nueva York es un crisol de personas, ideas y culturas. Las increíbles personas que conocí cuando me mudé allí por primera vez -incluido Andy Warhol- tuvieron un gran impacto en mi fascinación por la cultura pop. Así comenzó una pasión de toda la vida por coleccionar arte pop. Mi primera obra de arte fue una serie de diez litografías de Mick Jagger realizadas por Andy Warhol y firmadas por ambos. Ese choque de escenas y creatividad también dio forma a mi marca. Me inspiro en lo que yo llamo F.A.M.E.: moda, arte, música y entretenimiento. Colaborar con una mezcla diversa de iconos de la cultura pop y marcas geniales ha sido una parte importante de nuestra herencia desde entonces.

PP
¿Cuándo y dónde conociste a Warhol, Basquiat y Haring?

TH
Conocí a Andy Warhol a finales de los años 70. A mediados de los 80, íbamos al emblemático Studio 54 de Nueva York. Allí veía a Jean-Michel Basquiat y Keith Haring junto con todo tipo de estrellas del rock, actores de Hollywood, artistas y famosos. Fue una época muy divertida. Andy me invitó a su estudio, The Factory, para ver su arte. La forma en que reunía la moda con el arte, la cultura pop y el entretenimiento me entusiasmó mucho. Recuerdo que le pregunté por qué había elegido hacer lo que hacía, y me dijo simplemente: "Porque me gusta". Eso me impresionó mucho y es algo por lo que sigo viviendo.

PP
A principios de los 90, se te criticaba por ser la única marca de moda que hacía grandes logotipos en la ropa. Sin embargo, resultó ser una jugada inteligente, ya que esos logotipos actuaban como vallas publicitarias "andantes" en las calles. ¿Es justo decir que te inspiraste en artistas como Warhol, Lichtenstein, Haring y Hirst, que encontraron formas de mezclar la creatividad con el consumismo?

TH
Estos artistas eran visionarios que siempre establecían sus propias normas. Nunca pidieron permiso ni validación. Se inspiraron en el zeitgeist de la época y lo interpretaron a su manera. No seguían las tendencias, sino que las establecían. Esa actitud hacia la creatividad y la determinación me dio confianza para seguir mis sueños. Tenía una visión clara de lo que quería conseguir, sin importar lo que pensaran los demás, y eso me ha mantenido centrado durante más de 35 años. La moda tiene que ver con la reinvención y la superación de los límites, sin dejar de ser fiel al espíritu de nuestra marca.

PP
Como ferviente coleccionista de obras y gran defensor de las artes, ¿puedes explicar por qué el arte es relevante?

TH
Coleccionar arte contemporáneo y pop es una de mis aficiones favoritas, ¡incluso se podría decir que es una obsesión! Tiene el poder de desafiar e inspirar. El arte puede capturar un movimiento, una época, una emoción. Los únicos límites los impone la imaginación.

PP
Tu colección de arte se centra en el arte pop y el arte contemporáneo y he leído que te gusta el arte callejero y el arte del grafiti; todos estos géneros se caracterizan por su carácter popular, democrático, activista, sensible a los movimientos sociales y que no raramente trata de transmitir un mensaje. ¿Refleja esta preferencia tu personalidad?

TH
Siempre me ha gustado el arte pop por los poderosos mensajes que puede transmitir. Una obra de arte que parece divertida e irreverente en la superficie puede tener un efecto real en la sociedad. Desde el principio, quise crear moda que contara historias audaces. Quería una marca con un espíritu inclusivo y una filosofía democrática: una moda que todo el mundo pudiera llevar. Estos principios fundacionales han dado forma a la marca, desde la elección de asociaciones que reflejan nuestros valores, como Romeo Hunte e Indya Moore, hasta la creación de ofertas de productos y experiencias más inclusivas.

PP
En el Moco el 60 % del público es menor de 30 años. ¿Cuál es tu idea sobre la juventud y el arte? ¿Crees que las colaboraciones entre importantes artistas visuales y marcas de moda hacen que el arte sea más accesible para los jóvenes?

TH
Desde el punto de vista creativo, no cabe duda de la frescura de la perspectiva y la energía que los artistas jóvenes aportan a su trabajo. Siempre hemos elegido embajadores y socios que comparten nuestros valores y ayudan a traducir nuestras historias positivas para el público y las culturas locales. Me entusiasma ver a toda una nueva generación de diseñadores y artistas emergentes que están perturbando el modelo de moda tradicional con mensajes importantes, y queremos darles una plataforma para que compartan su trabajo.

PP
Tu casa es como una galería de arte privada. ¿Qué te motiva a coleccionar arte y qué sientes al vivir rodeado de arte?

TH
Me inspiro y aprendo constantemente de todo y de todos los que me rodean: pintores, músicos, escritores, deportistas, fotógrafos... todos con una perspectiva diferente a la mía. Por eso me gusta rodearme de arte que sea estimulante y divertido. Por suerte, mi mujer Dee y yo compartimos la pasión por coleccionar arte y diseñar interiores. Siempre estamos a la búsqueda de piezas que realmente nos hablen de diferentes maneras, ya sea por el mensaje, el impacto estético o la historia que hay detrás de la pieza y el artista. Cada habitación cuenta con al menos una pieza de arte icónica que luego determina el diseño de ese espacio. Pero es importante para nosotros que todo lo que elijamos refleje quiénes somos, y que nuestras casas estén llenas de carácter, sean acogedoras y divertidas.

PP
¿Qué obra de arte de tu colección no venderías nunca?

TH
Nunca vendería mi Disintegration — The Crown of Life (Desintegración, la corona de la vida) de Damien Hirst. Mick Jagger me lo regaló por Navidad en 2004.

PP
Cuando llegas a casa después de un mal día, ¿hay alguna obra de arte específica que te dé consuelo, como algunas personas encuentran consuelo en una determinada canción?

TH
La familia lo es todo para mí, así que me reconfortan mucho los retratos de mis hijos que tengo en mi oficina de Nueva York, realizados por el famoso caricaturista estadounidense Al Hirschfeld.

PP
Como alguien que está metido en la escena artística, ¿hay algún artista emergente al que debamos prestar atención y por qué?

TH
El pintor y patronista nigeriano Uzo Njoku y el artista ghanés Annan Affotey. Estate atento a ellos.

PP
¿Qué consta en tu lista de deseos?

TH
Para mí, la pieza definitiva a poseer sería Flag (Bandera) de Jasper Johns. Por desgracia, no está a la venta. Está expuesta en el MoMA y me encanta ir a verla en persona cuando estoy en Nueva York.